Su nombre es especial, Las Hadas, y su historia más. Esta botica de Madrid ha hecho de la dermofarmacia y lo natural algo mitológico.
Cuenta la mitología grieg a que las Hespérides, unas diosas ninfas que vivían en un frondoso jardín, protegían el manzano de Hera, cuyas manzanas doradas daban la vida eterna. La historia de estos seres mitológicos es la que se ha recreado en la farmacia Las Hadas, en Villaviciosa de Odón (Madrid). Sus titulares, que capitanean un equipo integrado por mujeres, decidieron dar un nuevo aire a su farmacia tras ver que sus dos categorías estrella, dermofarmacia y natural, estaban perdiendo fuerza. Al no saber si era porque la competencia también apostaba por esta área o porque se había producido un cambio en los clientes potenciales, decidieron contactar con Concep, empresa a de Glintt Life, que les hizo un plan integral para revitalizar la especialización que tanto las diferenciaba. “Generamos una alegoría arquitectónica de esa historia de las Hespérides y Las Hadas, el nombre la farmacia. Para ello, creamos un jardín horizontal en el techo, simulando el árbol de la vida eterna, bajo el cual están las categorías de dermo y natural. Las hadas son las propias farmacéuticas”, explica a CF Mariano G. Moral, rea manager en Concep. Así, gracias a este plan integral, que incluía reforma del espacio y estrategias de marketing, convirtieron una farmacia “blanca y fría” en un espacio “cálido y acogedor”, en cuyo corazón, palpita ese elemento natural alegórico confeccionado a partir de plantas preservadas, que se han secado para que mantengan el aspecto natural. “No son plantas naturales -aclara el experto- porque eso requiere un mantenimiento muy difícil de conseguir, más estando en el techo, y, además, una planta viva suele tener insectos y no queríamos esto en la farmacia”. Por tanto, se optó por plantas secas, en concreto, una composición de enredadera de rosal y madreselva “para lograr el ramaje del rosal con la hoja de la madreselva”.
Varias Islas. El espacio de atención al público cuenta con dos islas situadas en el centro y, al fondo, están los mostradores. “La primera isla -describe Moral – está enfocada a la consultoría. Tiene dos sillas ubicadas a un lado de la isla para poder prestar una atención personalizada. Y todos los clientes, nada más entrar, ven que, además de vender producto, se está desarrollando una actividad de consejo farmacéutico. La otra parte es para colocar producto de temporada”.
La segunda isla, sobre la que sobrevuela el jardín, tiene una zona de exposición y una barra experiencial con una pila donde el cliente se puede lavar las manos tras probar un cosmético. El otro lado de la isla cuenta con un asiento para la gente mayor. Para el pavimento de esta zona se han escogido baldosas con motivos florales.
fuente: Correo Farmacéutico General (prensa)
